Realizar simulacros de evacuación no es una simple rutina: estudios indican que este entrenamiento puede reducir hasta en 50 % las lesiones durante emergencias reales, y que más del 70% de las personas disminuye el estrés en una evacuación al reemplazar la improvisación por la práctica.
Si lo analizamos a nivel global, según el Instituto ESM de Investigación en Seguridad y Factores Humanos, en Estados Unidos, por ejemplo, solo el 59 % de los trabajadores estadounidenses afirmaron haber participado alguna vez en un simulacro.
Sin embargo, en otros países de Europa, esa cifra alcanza el 71 %, lo que evidencia una brecha importante en preparación.
En Uruguay, aunque no existen estadísticas públicas concretas sobre simulacros, el Sistema Nacional de Emergencias (SINAE) ha impulsado una cultura de entrenamiento continuo, ofreciendo cursos virtuales y autoadministrados durante todo el año para fortalecer la capacidad formativa frente a emergencias. Los cursos están dirigidos a representantes institucionales a nivel nacional y territorial, organizaciones de la sociedad civil y a la ciudadanía en general.
